Hilario y sus Viñas Viejas tienen mucho para contar

Finca Pastorelli atesora vides declaradas patrimoniales de las cuales salen varias marcas de vinos de Calingasta, y ahora  ofrecen la propia: Viñas Viejas. Otra novedad es que a partir de Julio abrirán sus puertas al turismo.

Cuando Don Franco Pastorelli  llegó al paraje Hilario ubicado en Calingasta en la década de 60, no sólo se enamoró del lugar sino que también le dio vida. Como tantos inmigrantes vino acompañado de su esposa, Marta Gallardo, con quien adquirió una finca con parrales en total abandono. Supo cuidarlos, protegerlos y revivirlos, al punto que en la actualidad son considerados ´Viñedos Patrimoniales´. Desde allí sale uva para varias bodegas del Valle y también una línea propia de vinos con la marca ´Viñas Viejas´, que sorprende por sus características naturales.  A esto se suma que a partir de Julio abrirán sus puertas al turismo para realizar visitas guiadas en las que contarán la historia de la finca ubicada por Ruta 149, se degustarán los vinos en medio de uno de los parrales y se apreciará la majestuosidad de los Cerros Alcázar y Siete Colores ubicados frente a esta propiedad.

Finca Pastorelli nació de la mano de Franco y Marta, quienes supieron cultivar ésta y otra finca ubicada de Sorocayense, donde también tienen plantaciones de orégano y otras aromáticas. Ahora es su nieto Francisco Cruz Pastorelli quien decidió seguir los pasos del abuelo.

Franco nació en Valle Argentina, Región de Liguria, Italia en 1945, desde donde inmigró a San Juan escapando de la guerra. Así en la década del 60 arribó y descubrió  Calingasta.

´La ventaja de la finca de Hilario es que estaba plantada con parrales, aunque en total estado de abandono. Podría decirse que por una cuestión de suerte se mantuvieron vivos en el tiempo y mi abuelo decidió recuperar todo ya que muchos de ellos estaban tirados en el piso. Puso manos a la obra para tratar de recomponerlos y obtener una buena producción por una cuestión económica más que nada. Así comenzó todo´, cuenta Francisco Cruz,  quien heredó toda la pasión y la garra de Franco para salir adelante.

Tuvieron años duros como todos los que han dedicado su vida al cultivo de la tierra, por lo que a la par criaron animales, hicieron sus propios chacinados y conservas para que nunca faltara nada. Una cultura del trabajo que trascendió en el tiempo.

El alma de la finca sigue siendo la misma aunque algunas cosas comenzaron a cambiar hace  pocos años, con el resurgimiento de Calingasta como zona vitivinícola.  La primera decisión fue vender toda la producción sólo a  pequeños y medianos productores calingastinos. Posteriormente llegó la marca de vinos propia, la denominación de sus viñedos como ´patrimoniales´, y el crecimiento de las plantaciones de aromáticas.

´Hace dos años me hice cargo de la parte agronómica y de gestión de la finca porque mi abuelo ya tiene 86 años y no puede con todo. Para mi lo más importante fue darle a  nuestros viñedos el valor que se merecen ya que en la actualidad son considerados viñedos patrimoniales, antiguos y certificados en sostenibilidad. Esto nos permite revalorizar nuestra  producción a partir de variedades criollas consideradas autóctonas, algo que para nosotros tiene un gran valor que defendemos mucho. Los  viñedos son de la década del 50 y del 60. Nos enfocamos en mantener las plantas y las variedades,  principalmente  criollas, entre ellas el Torrontés Sanjuanino, Malvasía, Maticha, Criolla Chica, Cereza, además de las criollas europeas como el Canarí que da vinos muy aromáticos ´, explica Francisco.

Recién el año pasado se animaron a dar el gran paso: sacar su propia marca de vinos ´Viñas Viejas´,  porque si bien su abuelo elaboraba hace tiempo, inauguraron una nueva etapa tras casi cinco años de realizar experimentos con diferentes microvinificaciones naturales (sin productos químicos) que siempre estuvieron a cargo de Francisco.

En la actualidad cuentan con un Torrontés y otro elaborado con criollas -cofermentación de Canarí y Cereza- de la añada  2024, de la cuales salieron sendas partidas de 250 botellas que son vendidas en la misma finca. Allí también se ofrecen marcas de productores que elaboran con vides de los Pastorelli. Una buenas idea para realizar degustaciones y  encontrar las diferencias que ofrece el mismo terroir y las mismas vides.

´Todo fue un aprendizaje. A mí me enseñó a hacer vinos mi abuelo, y a eso le sumé la lectura de libros  y la práctica de varios años. De ese modo y tras muchas pruebas, presentamos dos vinos que gracias a una cosecha temprana y cuidadosa elaboración cuentan con una buena acidez natural que les otorga mucha frescura. Tuvieron una maceración controlada para extraer todo el potencial aromático y utilizamos  sus propias levaduras nativas. Para nosotros son muy representativos del lugar,  mostramos los vinos de la manera más sincera posible con todo el potencial del  terroir´, agrega.

Puertas abiertas

La idea de abrir las puertas al turismo ronda desde hace un tiempo, y será en Julio cuando logren alcanzar el sueño (en redes @fincapastorelli , darán a conocer la fecha exacta ). Allí mostrarán las vides patrimoniales, el  trabajo que se viene haciendo en Hilario que está en pleno desarrollo, y como si fuera poco, las fincas vecinas se sumarán a la propuesta para que todos en conjunto puedan brindar una experiencia genuina.

Desde un ´Full Day experience´ destinado a conocer todo Hilario, hasta cabalgatas, bici tour, trekking, entre otras actividades,formarán parte de distintos paquetes turísticos que darán a conocer en la cuenta de Instagram citada.

´Desde muy joven visualicé el trabajo de la viña porque siempre estuvo a  mi costado, sin prestarle tanta atención pero sabiendo que estaba ahí. Mi abuelo me enseñó que se puede  vivir de una manera más sana desde la autosuficiencia. El producía todos sus alimentos, desde los huevos hasta los chacinados, y por supuesto los vinos. Me enseñó que en el campo se puede vivir y ser feliz con una vida digna y gratificante. Por eso empecé  a formarme en agricultura de manera autodidacta, también estudié sommelier y otras carreras, pero elijo el campo.  Además  también estamos produciendo aromáticas de alta calidad y agroecolíogicas´, dice.

 

Las vides con historia

Se denominan Viñas Patrimoniales a aquellos ejemplares que forman parte de la historia y tradiciones vitivinícolas de una comunidad, y que tienen un significado social y simbólico.

El valor patrimonial no es algo que sólo le hayan otorgado los agricultores del Valle Calingastino o los elaboradores de vinos, es un valor que ha sido reconocido mundialmente, incluso acreditado por entidades municipales y provinciales.

El INTA es uno de los organismos especializados que ha trabajado arduamente en este sentido.

Un hito más que importante es la Reserva Genética de las vides de Finca Pastorelli  que está en pleno desarrollo en el Barreal Blanco con el fin de preservarlas a través del tiempo. 

.

   

** Beber con moderación. Prohibida la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años. **

También te podría gustar...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *