Se agrandó Portho

La planta de la icónica heladería artesanal no solo se trasladó del barrio Camus en Rivadavia a Santa Lucía, sino que amplió la estructura a 3500 metros cuadrados. El proceso incluye casi cuadriplicar la producción y así vender en diferentes provincias e inclusive el exterior. Este viernes es la inauguración, como parte de los festejos del Día de la Industria Sanjuanina.

En apenas algunas horas, la fábrica de helados artesanales de Portho –ex Portho Gelatto, nombre con el que nació y con el que se ganó a los fanáticos de sus productos pero que hace algunos años se simplificó- se muda por primera vez de casa. Y aparentemente esta será la definitiva. Es que la propiedad original en el barrio Camus, que a finales de los ’90 y por algunos años más supo ser la vivienda familiar de la familia Nieto junto con la sede productiva de la marca y la primera sucursal, les ha quedado chica. Ahora en el nuevo domicilio de calle Lencinas, entre Roca y Ruta 20, en Santa Lucía, tienen espacio para darse todos los gustos.

De hecho, la nueva planta pasará de 250 a 3500 metros cuadrados, y pese a que desde ahora y por algunos meses incorporarán poca maquinaria más –ya que trasladarán la que ya tienen en Rivadavia- se convertirá en un espacio para la producción de helados moderno, a juzgar por la infraestructura y la parte edilicia. Claro que eso no es todo. Al tener más terreno disponible, tendrán que incorporar en un proceso de algún tiempo más, a personal especializado (calculan que empezarán por 18 personas y si todo sale como lo previsto llegarán a 70 sólo en el área de fabricación, que en total engrosarán el staff en más de 200 trabajadores, contabilizando los 140 que trabajan en los 11 locales y otros colaboradores externos) para poder seguir creando nuevos sabores y por supuesto más cantidad. El proyecto incluye casi cuadriplicar los números actuales de litros de helado que preparan: de los 400.000 litros anuales actuales pretenden alcanzar el millar y medio de kilos para abastecer no sólo a San Juan, sino a otras provincias y a algunos países con los que ya tienen iniciadas las tratativas.

Ya hay fecha para el corte de cintas –del que participarán no sólo los socios fundadores y sus hijos que por supuesto son parte de la empresa, sino que además estarán las principales autoridades y los actores del sector productivo-: será este viernes 13 de septiembre a las 10:30 horas. No sólo será la oportunidad para inaugurar oficialmente la planta de la heladería sino que es el escenario elegido por la Unión Industrial local para conmemorar el 45ª aniversario del Día dela Industria Sanjuanina, una fecha más que especial para el motor económico de la provincia.

Un día antes, habrá un festejo más íntimo. Para los suyos, en el que siguiendo la tradición familiar se entronizará la Virgen de la Medalla Milagrosa –la misma que los acompaña desde los inicios en su grutita de la casa-, se colocarán placas en agradecimiento a quienes los acompañan día a día (Santiago nombra a Gerardo, Marcelo, Enzo, Alejandro, Maxi que son sus incondicionales y los que asegura, les han permitido llegar hasta este punto de inflexión del negocio) y se develará el nombre que a partir de ahora tendrá el lugar manufacturero. Esto último es una sorpresa de la que no quiere decir nada.

“El sueño lleva años. Recién en el 2017 se empezó la obra que con mucho esfuerzo, mucho tiempo, mucho esmero y muchos créditos, se pudo terminar ahora”, resume Santiago Nieto, la segunda generación de Portho y quien tiene a su cargo la parte productiva, las sensaciones que lo invaden ahora que ya está poniéndose en funcionamiento la nueva planta.

Obviamente que lo que más adrenalina le genera es el proyecto de vender fuera de San Juan, algo poco usual para los producto locales con tanto valor agregado. Ya tienen conversaciones avanzadas con nuevos inversores que quieren adquirir la franquicia. ‘Novios’’, los llama jocosamente Santiago, a los interesados que quieren llevar los helados sanjuaninos a San Luis, La Rioja, Córdoba, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán y Salta.

‘Hace algunos años que en estas provincias tenemos una cartera de clientes que hasta ahora no podíamos concretar. Con algunos ya hemos cerrado. Inclusive fuera del país tanto en Chile como en Canadá está muy avanzado y hay algunas conversaciones para llegar a Estados Unidos. Desde este viernes todo lo que estamos proyectando es el futuro pronto de Portho”, asegura este emprendedor que siguió los pasos de su papá Ricardo y su mamá Carmen, cuando al perder sus trabajos en relación de dependencia, decidieron apostar todos sus ahorros en 1998, para invertir primero en revender helados de otros, pero siempre pensando en el propósito de conseguir los mejores productos de San Juan. Y lograron no sólo eso, sino además hicieron muchísimas innovaciones –desde sabores salados muy poco convencionales (como queso roquefort, palta, remolacha, espárrago, aceite de oliva o varietales de vino) hasta los Portho Sick que son las paletas, incorporaron pastelería combinada con helado, hasta helados sin ingredientes fundamentales como lácteos o azúcar) y consiguieron premios que los incentivaron a seguir haciendo: en el 2001, año de crisis si los hay, recibieron el primero en la Fitec (Feria Internacional) en Costa Salguero, por su calidad. A este galardón le siguieron muchos más, inclusive distinciones internacionales en Riminí, Italia, la cuna del helado artesanal que los catapultó a integrar el seleccionado argentino en copas Latinoamericanas y Mundiales.

 

 

Como maestro heladero, Santiago apuesta a que en principio, las ventas en las provincias cercanas y el exterior,  estarán centradas en los nuevos Portho Pop, especie de unos bomboncitos (que por ahora tienen dos versiones: una de coco, con chocolate blanco y almendras caramelizadas, inspirados en los famosos Rafaello de Ferrero Rocher y los de helado de frambuesa con baño doble de chocolate blanco y chocolate con leche, que nada tienen que envidiarle a los reconocidos Franuí) y con los vasos de 400 gramos que contienen los sabores más pedidos de la marca como el de Dulce de Leche Imperial (con el agregado de dulce de leche y trozos de chocolate) o el Fragolino (helado de crema de limón con frutillas y coco), por una “cuestión de practicidad”. Y algún día llegará la oportunidad de exportar sus últimas invenciones como la gama de helados sin azúcar, los helados proteicos y los helados sin ningún tipo de lácteos.

Eso sí, para el 13, prometió un sabor nuevo, algo que casi que va a experimentar por estas horas previas. Un helado de canela, dicen, podría ser porque es muy pedido y todavía no logran incluirlo en la carta.

 

 

 

 

** Beber con moderación. Prohibida la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años. **

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