Qué pinta la MandarIpa
Aprovechando las mandarinas del invierno, ya hace dos temporadas, que lanzan esta cerveza especial que por supuesto, vale la pena probar. Es una IPA, esto significa que tiene un amargor alto y el perfil cítrico de las frutas, tanto en aroma como en sabor.
Cuatro cajones de mandarinas fueron la clave para que Donata del Desierto, una de las cervecerías artesanales preferidas por los paladares sanjuaninos, lograran una de sus tantos productos diferenciales: la MadarIpa, que tal como se desprende del nombre es una cerveza con aroma y sabor a mandarina.
Esta versión que sólo cocinan en invierno, solo puede tomarse en su bar de la fábrica ubicada en la Avenida Libertador al 3311, en Rivadavia. A lo sumo, se pueden llevar a casa una botella o un growler (el botellón con capacidad de casi 2 litros). Pero no la venden en otros puntos de la provincia porque, confiesan, no hacen mucho más que 1.000 litros, los que se acaban rápido porque ya tiene seguidores cautivos y otros que se tientan, por el simple hecho de poder probar algo diferente.
Esta es la segunda temporada de la cerveza cítrica –de la que no hay muchas semejantes, al menos de lo que saben que ofrece en el mercado, en cambio sí se consiguen de pomelo o limón-. La primera tanda la hicieron a modo de prueba en el 2021 tentados por el aroma penetrante de las mandarinas de cada siesta al sol y ahora, por la demanda, la repitieron.
“Hay algunas cervezas que tienen un perfil cítrico y eso nos llamó la atención, un poco. La primera vez fue experimental y a la gente le encantó. Entonces la cocinamos otra vez. Seguramente por su sabor y frescura es una bebida perfecta para el verano, pero como en esa época no hay mandarinas, para nosotros es de invierno’’, explica Carmelo Letizia, quien con su amigo desde el secundario, Juanjo De los Ríos, se lanzaron a preparar cervezas para darse un gustito y a su vez para convidar a sus amigos hace 12 años, con el tiempo el negocio creció, empezaron a aparecer los clientes, surgió un tercer socio (el alemán Michael Meding, que los conoció cuando se vino a San Juan por trabajo y se fascinó con el proyecto, aunque ahora está trabajando en Canadá, sigue apostando a que la cerveza) y así Donata del Desierto se convirtió en el sustento productivo con su fábrica y su bar propio.
La MandarIpa es una IPA, lo que significa que tiene un amargor alto, más el agregado de la pulpa de mandarinas. No es de color naranja como cualquiera podría pensar sino que se percibe rubia, quizás un poco turbia, pero nada fuera de lo común. Luego de investigar en el tema, llegaron a una receta propia, la que probaron para que el resultado no fuese ni tan amargo ni tan empalagoso. Creen, según cuenta Carmelo, haber llegado al punto justo: “tiene aroma y sabor a mandarina, pero no es tan invasivo, no es un jugo de fruta. Sino que el consumidor tiene que buscar un poco en su paladar después de un par de tragos, para notar la mandarina”, la describe.
Vale decir que para lograrla empezaron como un juego, el que fuera de chiste les llevó mucho trabajo y fue más complicado de lo que imaginaban. Porque no es solo desear una innovación sino que el trío y todo el equipo tuvo que dedicar varias jornadas a pelar los 4 cajones de mandarinas, con un cutter quitar las semillas y, casi quirúrgicamente, toda la piel e hilito blanco de los gajos. Con la pulpa de mandarina hicieron un puré, el que agregaron en la etapa de fermentación.
Estilos para elegir
En Donata tienen varios estilos de cerveza que ya se consideran clásicos de la marca: como la Dorada Pampeana (que es una rubia, liviana y de amargor medio, fácil de tomar), la Honey (rubia suave, cremosa, con notas a miel, de final dulce pero no empalagoso, según la describen), la Scotch (una roja clásica, muy tomable por su poco amargor, tiene notas a caramelo y es más maltosa).
La Oatmeal Porter (cerveza negra con avena, lo que le da cuerpo y cremosidad, no tiene mucho amargor, sabe a chocolate y café), American Amber Ale (es roja, amarga y liviana, tiene un suave carácter floral y crítico de los lúpulos), Brown Ale (cerveza inglesa que no es una Scotch ni una Porter, pero tiene notas chocolatosas y a pan tostado), Session Ipa (suave, amarga y aromática, con menos graduación alcohólica) y la Red Ipa (roja fuerte y bien amarga).
“Pero como a nosotros siempre nos gusta jugar y buscar alternativas nuevas, porque es la parte más divertida, creamos estilos especiales como la MandarIpa, una Italian Grape que hicimos con una cervecería amiga, la Anguaslato, que es una cerveza con mosto de uva, que tiene una graduación alcohólica alta y está muy buena también para pasar el invierno. Hay una Stout con frutos rojos, o sea agregamos pulpa en la fermentación, es una cerveza nitrogenada o una Milk Stout que tiene mucha tomabilidad y también tenemos una Barleywine, que es un estilo de 11 grados de alcohol, bastante compleja y tiene una maduración un año y medio. Estas solo se encuentran en nuestro bar de la fábrica’’, detalla.
A jugar se ha dicho
El bar abre todos los días de 19 a 3 de la madrugada. Pero, fuera de los días de semana, hay un día en que la “cosa” se pone linda: todos los jueves hay trivias, un juego de preguntas donde participan todos los presentes. Aparte hay más de 50 juegos de mesa a disposición.
En el lugar se puede combinar las cervezas con una carta interesante que incluye sandwichería –hay una opción de carne cocinada en cerveza con cebolla caramelizada y otros ingredientes, otro de vegetales y uno más de seitán para los clientes veganos-, un chori a la parrilla, hamburguesas, papás fritas, pizzas varias, tapas (como aceitunas a la siciliana, albóndigas o bastones de zanahoria), dos postres, jugos naturales, tragos, fernet y vinos.
Lo mejor: no hace falta reservar, siempre habrá un lugarcito para disfrutar.
Fotos: colaboración Carmelo Letizia
** Beber con moderación. Prohibida la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años. **