El vino de San Juan en boca del Club de Catadores Ciegos

Este fin de semana visitaron la provincia los integrantes del Club de Catadores Ciegos ´Enólogo Molina´, de Córdoba, nombre adquirido para reconocer a quien impulsó esta idea .

Alberto Ramón Molina fue un enólogo nacido en San Juan que se radicó en Córdoba donde además de sus actividades profesionales se dio tiempo para promocionar el vino argentino, y muy particularmente el sanjuanino. Su voz era reconocida por los oyentes de Cadena 3 donde Rony Vargas, su coterráneo, supo darle un espacio. Lamentablemente él falleció a temprana edad y sin terminar de cumplir un sueño: Conformar un panel de Cata de Ciegos. Tenía claro que nadie podría superarlos ya que su olfato, gusto y oído eran sensiblemente más agudos, ideales para esta actividad. Beba, su esposa y sommelier, cumplió ese anhelo y desde hace casi 20 años es parte fundamental del Club de Catadores Ciegos ´Enólogo Molina´ de Córdoba.

Esta vez fueron invitados a la provincia para conocer los vinos locales en el marco de la XXXV Cata de Vinos San Juan 2023, y para participar de un taller en el que degustaron 5 Malbec de Iglesia (Pampa del Cura); Pedernal; Calingasta; Ullúm y Zonda (La Ciénaga). Además esta degustación tuvo otro condimento: fue el primer evento realizado en conjunto entre el Centro de Enólogos y la flamante Asociación de Sommeliers de San Juan (ASaS).

Fue el sábado tras la caída del sol de un día en el que la temperatura superó los 40 grados. Nada detuvo a los invitados que arribaron a la sede de avenida Rawson y Santo Domingo donde fueron recibidos por algunos miembros del Consejo, entre ellos su presidente Pedro Pellegrina, Matías Blanco, Carlos Ojeda y Patricio Vilanova, quien tuvo a su cargo toda la logística de la visita; la presidente de la ASaS, Mariana Lloveras, Hugo Ugarte, quien fue uno de los organizadores del encuentro, ambos acompañados por otros miembros de la agrupación.

La Cata denominada ´Vinos de Valles´ fluyó entre las apreciaciones de los catadores ciegos sorprendidos por las diferencias que presentan en cada uno de ellos, que es lo que precisamente se intenta determinar con precisión para darle un valor agregado a los vinos sanjuaninos.

Todos distintos, todos sorprendentes, al punto que los dos socios fundadores que aun forman parte del Club no dejaron de admirar sus cualidades diferenciales que obedecen a distintas variables como el terroir, las técnicas de  elaboración, entre otras.

Beba Molina destacó las bondades de los vinos sanjuaninos y aseguró que ´gozan de la mejor calidad, sólo les falta un empujoncito para su posicionamiento ya que están ubicados en un óptimo nivel´.

En general, el grupo de catadores cordobeses quedó admirado por la diversidad de las impresiones sensoriales de los Malbec según los valles de procedencia, desde los muy frutados y equilibrados como el exponente de Pedernal, hasta uno con aromas a Aguaribay y mentoles de Calingasta , o el iglesiano que explotaba en aromas frutales y balsámicos.

´Me soprendió la diversidad, y hasta no podía creer que fueran vinos de este año porque eran sumamente redondos y equilibrados. Es toda una experiencia que suma a nuestros conocimientos´, indica Leonel Blanco, uno de los socios fundadores del Club.

Los pioneros

Matías Loyarte (38), junto a Blanco (65) formaron parte del grupo de fundadores de los Catadores Ciegos, tras capacitarse con Alberto Molina en la capital cordobesa.  Aprendieron las técnicas de degustación que sumadas a su talento innato les permitieron seguir por este camino durante 20 años.

´Estaba en Río Negro en la casa de mi hermana cuando  escuché en la radio sobre esta iniciativa. En ese momento yo había empezado a perder la vista, y cuando regresé a Córdoba fui a ver de qué se trataba porque no me había quedado muy convencido de lo que había escuchado en radio. Así conocí a Beba y Alberto y quedé atrapado por el vino, Por eso yo le digo a la gente que degustar es algo hermoso y atrapante´, indica Leonel.

Actualmente ambos están  abocados a sumar más gente joven que aprenda y entrene para llegar a ser un buen catador, y lo están logrando.

Las catas de entrenamiento se realizan al menos una vez al mes y a eso se suman otras actividades, muchas veces solicitadas por bodegas que quieren conocer la opinión de sus vinos.

´Mi papá escuchó por Cadena 3 que buscaban personas ciegas para catar y me lo propuso pero yo estaba muy negado porque era muy joven y a esa edad no tenía idea para donde ir. Igual lo hice para saber de qué se trataba y descubrí un mundo. He aprendido mucho aunque no considero tener la nariz que dicen, pero hago lo que puedo´, indica Matías ente, un gran seguidor de los Cabernet Sauvignon y los Malbec´, explica Matías quien además es locutor en la 92.7 FM Libre de Córdoba.

 ¿Quién fue el enólogo Molina?

Alberto Ramón Molina nació en Caucete el 16 de febrero de 1939, estudió en el Colegio Don Bosco y luego en la Escuela de Fruticultura y Enología con el título de Fruticultor-Enólogo. Fue en el año 1958 cuando  comenzó a desempeñarse en el mundo del vino como enólogo principal de bodegas y fábricas de aceites. También fue asesor técnico y jefe de Cortes de CAVIC, bodega que, bajo su mando, llegó a producir la cifra récord de 15.800.000 litros.

Nominado a la Beca Vaslin, recorrió Bordeau, Montpellier, Beuojalois y otras zonas Vitivinícolas de Francia. Fue asesor senior de Wine Ministry Entocpresse, Santa Fe de Nueva México, EE.UU. y de Gabe Magnota Mostos, de Canadá.

Dictó cursos de cata en el Centro de Enólogos de Buenos Aires; supervisó los cursos destinados a técnicos y operarios relacionados con la elaboración, técnicas de Vinificación y Tipificación de Vinos.

En Córdoba se desempeñó como profesor en las cátedras de Vinos y Bebidas, y Enología en la Gastronomía, en el Instituto Superior Mariano Moreno, en Escuela de Gastronomía y en la Universidad de Morón. Promoviendo la cultura del vino, fue colaborador del programa Viva la Radio de Cadena 3. La primera capacitación fue desarrollada en 2004 en el Museo Marqués de Sobremonte, con un grupo inicial de 14 no-videntes, quienes lograron importantes avances en lo teórico y en lo práctico y obtuvieron su certificado de catadores no-videntes.

El objetivo del proyecto también apuntaba a  la inserción laboral de las personas ciegas, fue propuesto y presentado a la Federación Argentina de Instituciones de Ciegos y Ambliopes, donde fue aprobado de inmediato.

Molina murió antes de ver que su sueño se hacía realidad y fue llevado a cabo por el enólogo Walter Castro con la colaboración la esposa de Alberto, la sommelier Beba Molina.

 

 

** Beber con moderación. Prohibida la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años. **

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